“Después de casi 30 años en los Estados Unidos, Liliana Olayo ha experimentado personalmente cómo esos sistemas la han descuidado, dijo a los investigadores. Emigró a Chicago desde México cuando tenía 17 años y a menudo se sentía abandonada.
Olayo tomó clases para aprender inglés y obtener su GED, y su hijo mayor fue a la universidad con una beca. Pero su familia lucha con los bajos salarios y el desafío adicional de mantener los salarios lo suficientemente bajos como para poder acceder a la asistencia pública.
Ganar por encima del umbral para esos programas no significa que sus problemas desaparezcan mágicamente, dijo Olayo, de 50 años.
"Es una forma de mantenernos en ese ciclo sin ver la esperanza de poder tener dinero y poder ir de vacaciones con mis hijos o poder ahorrar para mis hijos", dijo. 'Te has resignado a que necesitas vivir en este nivel de pobreza para siempre'”.
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